40 pintxos de ná

Reirse es algo que debería de ser obligatorio, casi como el respirar. Hace unas semanas publiqué un post sobre mis manias en el blog, nunca pensé que a 4 amigos míos blogueros y locos se les ocurriría replicarme y mandármelo por mail, recordándome mis famosas entrevistas peineteras. Según el cabecilla del comando las manías las tienen que decir tus amigos no tú, así que he decidido compartir con vosotros este documento matinal que he recibido y que me ha hecho no parar de reir.Estas son las cosas por las que merece la pena tener amigos, cuidarlos, que te soporten y que te conozcan demasiado bien, como para hacerte reir un jueves cualquiera  a primera hora de la mañana.

De Madrid al cielo

Era bien pequeña cuando ya cruzaba en el Renault 5 del aitona toda la M30, mientras buscaba el “pirulí” . Siempre me pareció que aquella ciudad era monstruosamente gigante, normal por otra parte teniendo en cuenta que vivía en un pueblo de 300 habitantes, y que peinetaland era la ciudad más grande que había visto ante mis ojos. Con el paso de los años seguí pasando por el M30 en un Citroën BX y llegar a Madrid significaba haber recorrido la mitad el camino.