7, LA CIFRA MÁGICA

Hoy intento revivir la sensación que tuve aquella madrugada mientras tecleaba convencida que aquello no lo leería ni mi vecino del cuatro. Que aquello era una chaladura más en la cual Karine me ayudó feliz y Jelen me dio mi original nombre. Luego llegó Esther y junto con Lau me limpiaron la cara y me dieron mi icónica imagen. A partir de ahí con la estimable y siempre resistente ayuda tecnológica de Sara he resistido año tras año incluso a ataques cibernéticos.

Media docena de recuerdos

Me supongo que ahora soy incapaz de recordar lo que pasaba por mi cabeza hace exactamente 6 años o quizás sí…que como mucho me leerían mis amigas y 4 desconocidos pero jamás que el blog con aquel nombre enrevesado de Peineta, pintxos y mi monillo iba a ser parte importante de mi vida, de mi maternidad, de mis noches de locuras y falta de sueño. Que me iba a traer gente que traspasaría una pantalla y que me traería mil y una aventuras por las que merecería la pena hoy 6 años después seguir poniéndose detrás del teclado, aunque ahora lo haga a cara descubierta. Pero sigue teniendo el mismo componente clave, mi esencia y las horas intempestivas que le dedico a esta ventana al mundo particular que cree con mucha ilusión y pasión.

Cuatro años no es nada….

El 1 de mayo es una fecha muy especial para mí, es el día en que decidí abrir una ventana nueva en mi vida. Una ventana al mundo virtual que ha traído mucho de real y poco de virtual.  Hoy hace cuatro años que tuve la loca idea de abrir un blog, nunca pensé que con el tiempo fuera el bálsamo de muchas de mis penas, la alegría de muchas noches, la sorpresa de otras tantas e incluso un hobby llevado a más.

Mi ventana particular

Me ha llegado una notificación de mi procesador de blog para avisarme que se acerca el aniversario de mi blog, sí señores mañana mi loca casa cumple dos años, ni más ni menos. Antes que nada si esperas el sorteo de algo maravilloso, o el regalo de tu vida, no sigas leyendo este post, porque la raruna de su propietaria este año no está por la labor, por eso de romper moldes.