El agua corre por tu cara, el calor está creando vaho pero tú solo piensas en todas esas cosas que habéis trajinado hoy en la oficina. En fin lo no resuelto mañana saldrá seguro, lo piensas sonríes, y bajas la cabeza mientras buscas tu champú especial que te ha dado el peluquero.
Intentas cambiar la posición del grifo maravilloso que puso Marc la semana pasada para poder relajar la parte del cuello y recuperar fuerzas para la cena de esta noche. Hace días que esperabais ir a ese japonés que nunca os dan reserva. Agachas la cabeza para recibir el impacto tipo spa y desconectas durante 4 segundos. Hasta que te acuerdas que la mascarilla no está puesta y necesita diez minutos de acción. Cortas el agua, sales y nada como esa toalla caliente colgada, tengo que decirle a Marc que fue un inventazo comprar el aparatejo calienta toallas.
Miro el reloj y me alegro de saber que aun tengo tiempo, Marc llegará justo para ducharse y cambiarse, así que voy a probar la dichosa crema milagrosa para poder retener todas las partes de mi cuerpo en su sitio. No sé cómo me fio de las compras de Carlota, cuando se de sobra que es una caprichosa. Pero el colorete que me recomendó fue tan total que ya desde entonces le copió todo.
Bajas la mirada al lavamanos, en el borde del bote de cerámica de los cepillos esta tu reloj, aquel que tu padre te regaló y que tanto le gusta. Marcan las ocho y media tienes el tiempo justo para acicalarte, aunque tiene claro que hoy toca vestido negro y tacones, porque tiene ganas de pintarte los labios de rojo . Suenan unas llaves es Marc, entra al teléfono para variar pero al pasar acaricia mi nuca, se que en un rato estaremos los dos solos, frente a frente, peleándonos por el ultimo trozo de sushi, mientras decidimos quien elegirá la peli esta noche.
Bonito relato, pero la realidad de una bimadre es:
Te intentas duchar en 3 minutos con la esperanza que te dejen, el agua no sale caliente porque tu hijo mayor ha decidió empezar a llenar ya la bañera. Tu ducha es antigua y gotea, hace días que se lo dijiste a Antonio, como pa pedirle una con masajitos. Miras para abajo y ves lo pelos que crecen libre por tu cuerpo, te giras y coges la cuchilla y decides cual de las dos piernas te vas a depilar hoy. La otra si acaso mañana y el resto de pelos en algún momento. Sales pintado y al abrir la puerta de la mampara encuentras a tu hija pequeña que ha decidió que el mejor lugar para tu toalla que estaba encima de la fría tapa de tu váter es el suelo. Entiéndelo ella necesita subirse en la tapa del wáter para alcanzar tu anillo, si el de tu abuela que tanto cariño le tienes y que no deberías haberte quitado. De camino ya que está destroza tu pintalabios preferido mientras te dice que es una princeza. Sales para tu cuarto cuando se oye la puerta y eres zarandeada cual peonza por tus hijos que salen corriendo a recibir a su padre.
Te vistes en un minuto ese pijama que compraste para la lactancia materna y que después de 2 años te sigue pareciendo tan cómodo, te cruzas con tu Antonio que trae cara de haber salido de una guerra y te mira con cara de viernes. Vas a la cocina en un salto a comprobar que la sopa que has dejado en el fuego no se ha evaporado.
Te peleas por que coman, recoges fideos por todas las esquinas de la mesa y las sillas. Los acuestas y te haces un triste sándwich de jamón de pavo. Te tiras en el sofá coges el mando y para cuando quieres darte cuenta tienes a Antonio roncando y tú te sujetas los párpado con las pinzas. Los viernes es vuestra noche.
Lo bueno de la realidad es que siempre te quedarán lo sueños. Y lo malo de Carlota es que no sabe que algún día ese colorete estará cogiendo polvo en un rincón 😉
*En fin ironías, bromas y exageraciones a parte, esto es un texto basado en hechos semi-ficticios, porque ser madre es algo que se elije y se vive, pero que leches a veces también se sufre y que menos que contarlo con humor y compartirlo de buena fe.
Jajajajaja!!!! Mis noches de viernes se parecen bastante a la versión de madre que cuentas… así que te comprendo perfectamente…eso sí los viernes hemos decidido que en esta casa se cena algo rápido y que nos guste a todos tipo pizza, unos panes de pita rellenos de ensalada y pollo, unas croquetas aunque no sean caseras, unos nuggets y cosas similares, las peleas porque la peque se termine la cena no es para los viernes. Un besazo y deseando que pare la lluvia que tenemos por aquí y llegue el fin de semana!!!??
Viva los viernes nutritivos!!!
Muy bueno y la triste realidad
Bueno más que tristeza, son etapas de la vida 😉
hoy me di cuenta de que estoy en modo madre porque dije «voy a aprovechar a darme una ducha rápida y a comer un pan con nutella antes de que llegue el bebé» jajaja xD
Tienes ya síntomas totales de madre jajaj
hoy me di cuenta de que estoy en modo madre porque dije «voy a aprovechar a darme una ducha rápida y a comer un pan con nutella antes de que llegue el bebé» jajaja xD