No puedo vivir sin María

Hoy  vengo con una prueba de producto muy especial que nos ha tenido locos a todos en casa. Un pequeño aparato que está haciendo las delicias de los mayores y la diversión de los pequeños. Os presento a María, mundialmente conocida como Deebot DM85 de la marca ecovacs. Como supondréis no ibas a dejarla con ese nombre y después de barajar Ambrosio como posibilidad le dimos la nacionalidad española con María, a ver, sigue teniendo tendencia Alemana, cuando algo se le mete entre ceja y ceja no hay manera. Ese algo suele ser normalmente una pelusa con vida propia, que tiene ya hasta el padrón en nuestra casa.

Conociendo el KAMUT

Hace unas semanas me propusieron una experiencia culinaria para conocer a KAMUT. Confieso que cuando me dijeron el nombre pensé tu hazte la entendida, pero si no me dicen que es culinario hubiera dicho que es una zona de Catalunya o alguna de mis ocurrencias varias.

Con fruta y verdura la vida dura

Hace una semana asistí con el monillo a un  taller de meriendas saludables  organizado por el LIDL  con motivo de su campaña Frutitour, con la colaboración de la chef Ada Parellada y el nutricionista José A. López. Nos lo pasamos muy bien y comimos fenomenal gracias al gran hacer de la cocinera del Semproniana, que tuvo ideas únicas para la merienda y puso en acción a todos nuestros churumbeles.

Rojo SOLIDARIO

En mi casa una nariz roja es señal de sonrisa y alegría, de carcajada y buen humor. Mis dos hijos son muy fan de los payasos y yo personalmente recuerdo haberme disfrazado más de una vez de pequeña, el disfraz de payaso me chiflaba, eras irreconocible.

Vacaciones Termales en Solares

Desde hace unos años  tenemos la sana costumbre de terminar nuestras vacaciones estivales con una mini-escapada a Cantabria, más concretamente a Santander, ciudad a la que se mudo la madrina del mayor. Pero este año ha sido más especial si cabe y vengo dispuesta a desgranaros nuestra experiencia familiar en un Hotel-Balneario.

LPB, el arte de crecer sanos

María y Javier o Javier y María son unos hermanos Marbellís que me contactaron hace tiempo para contarme su proyecto personal, su reto en el emprendimiento y su sueño de poder hacer un homenaje a la naturaleza y al mundo infantil con su particular “Le Petit Baobab”. Sencillamente se volvieron locos en Marbella al ver que las guiris traían a sus peques con ropa muy chula que por allí no se veía y decidieron plantar simbólicamente su pequeño baoabab, con la esperanza de poder crecer sano y fuerte y perdurar durante años. Y de camino buscar prendas orgánicas pero divertidas, que fueran un símbolo duradero en la crianza de los peques.